Bienvenida Señora Otoñal

Señora Otoñal

Con la Tierra pasando por su punto de equilibrio, cuando las horas de las noches y los días se igualan, le doy la bienvenida a la estación que más me gusta, la que más se ajusta a mi temperamento melancólico, el que pinta el paisaje de colores ocres, ámbar y oro-rubí, embriaga mi paladar con el dulce néctar de la colecta de la vendimia, llena el aire del sonido de las hojas crujientes y me abraza con tibieza. Hablo del Otoño, por supuesto, para la parte sur del hemisferio donde vivo y aunque todavía soportamos los ardores del verano, especialmente acá en Lima, que incluso se ha incrementado la temperatura, igual me agrada sentir la calidez y la brisa fresca que nos trae los meses otoñales.

En el estudio de la Metafísica hay un bello arquetipo llamado “Señora Otoñal”, una dama sabia y en el auge de su vida que nos tiene reservadas muchas enseñanzas si aprendemos a observarla. Si nos adherimos al significado etimológico de la palabra otoño nos topamos con “la llegada de la plenitud del año” y es que lo que más deseo es sentirme plena, madura en mi camino espiritual, que en estos últimos meses, no sé si como parte de mi crecimiento o de un proceso por el que todo discípulo pasa, me parece que me he alejado un poco, o a lo mejor no y es parte de.

Amo observar cómo las hojas secas caen, y de tal modo quiero que aquello que ya no florece más en mi vida se deslice suavemente y despedirlas de esa manera, con total gratitud y desapego de mi parte. Amo mirar cómo los elementales del viento juegan con esas hojas formando remolinos pequeños que me recuerdan que todo se mueve en círculos, que la vida es precisamente circular y no hay nada por qué temer. Amo simplemente esa sensación de calma y esa energía de paz que sólo el otoño sabe entregar.

Hoy es una magnífica oportunidad para realizar rituales porque no solo comienza una nueva estación, sino porque además comenzamos un nuevo ciclo astrológico. Puedes prender una vela y escribir tu lista de deseos (nuevamente) y leerlas a la luz de la llama y visualizarla, no en vano lo dijo nuestro gran Maestro Jesús: “Pedid y se os dará”.

Te dejo ahora con un lindo poema de la Hermana Mary Gemma Brunke, y con un súper clásico para la ocasión, que es justamente la Llave Tonal del Espíritu del Otoño. Espero que te guste.

Mensajes del Otoño
El otoño nos da pistas de gran amor de Dios
Como las hojas que caen cubren las flores
Y los pájaros son llamados a climas más cálidos
Para anidar en glorietas más verdes –
¡Dios nos cuida!
El otoño nos habla de la paternidad de Dios
En el oro amarillo de grano maduro.
En frutales muy cargados,
En cultivos madurados por el sol y la lluvia –
¡Dios nos provee!

Seamos conscientes y felices, aquí y ahora.

La Invocación del Médico

Símbolo del MédicoCada año, según la Metafísica impartida por Conny Méndez, la Tierra se ve irradiada por un «Espíritu Envolvente» que se renueva en cada año. Este rayo de luz es la emanación que desciende a nuestro planeta y corresponde a la de un Maestro Ascendido, un Arcángel o un Ser de Luz provenientes de cualquiera de los Siete Rayos, que más adelante, en otro post, describiré más ampliamente.

¿Cómo se conoce el color del Rayo que corresponde al año en curso? Muy sencillo, se identifica según el día en el cual comienza el año. Por eso, este 2015 que comenzó el día jueves corresponde al Rayo Verde, que está relacionado con las energías de Verdad, Alegría y Salud principalmente entre otros atributos.

Como su energía comienza a decaer a partir del mes de julio y se magnifica al llegar la medianoche del 31 de diciembre no quiero dejar pasar la oportunidad, antes que acabe el año, para agradecer por la salud vibrante, pues como dice el Kybalion: «los extremos se tocan» y cuando todo parece que puede ir mal, surgen los milagros y somos bendecidos por este Rayo que se asocia con la alegría de vivir, con el cuarto chakra Anahata o chakra del corazón o glándula timo. Y es que cuando a pesar de las dificultades intentamos vivir con un ánimo dispuesto, a «basurear» las penas y decepciones y mantener a toda costa una sonrisa interna, entonces todo fluye. No digo que siempre estaremos con la sonrisa a flor de piel y que todo sea color de rosa, pero al menos hacer el intento por mantener elevados los pensamientos y emociones.

Entonces, ya que estamos bajo la vibración del Quinto Rayo Verde para este año, recuerdo que he escuchado decir siempre al Dr. Pérez Albela que todos llevamos un médico interno, pues bien, a ése “doctorcito” propio de todos nosotros va la siguiente oración, cuyo autor es nada menos que Maimónides; y sobre todo, está dedicado a todos los sanadores, que en silenciosa labor alivian males físicos y tocan almas…

La Invocación del Médico

Tú, Eterna Providencia, me has escogido
para vigilar la vida y la salud de tus criaturas.
¡Que el amor por mi arte me guíe en todo momento!
¡Que nunca esclavicen mi mente,
ni la avaricia, ni la sed de gloria!
Porque las distracciones de la verdad
y del amor pueden fácilmente engañarme
o llevarme a olvidar tu mandamiento
de hacer solamente el bien a tus hijos.
¡Que nunca vea yo en el paciente,
algo más que un prójimo que sufre!
Dame fuerzas, tiempo y oportunidad
para mejorar lo que he aprendido
y para hacerlo más útil.
Porque lo que hay que saber es infinito
y el espíritu humano puede extenderse infinitamente
permitiendo el diario ingreso de nuevos conocimientos.
Permite que hoy pueda descubrir mis errores de ayer,
y que mañana pueda ver nueva luz
sobre lo que hoy creo que es totalmente cierto.
¡Oh Dios mío! Tú me has escogido
para vigilar la vida y la salud de tus criaturas,
Listo estoy para atender a mi vocación
y acudir a tu llamado.

Así es

Seamos conscientes y felices, aquí y ahora.

La Paz Perfecta

Paz Mental
Paz mental – Cristal recogido por Masaru Emoto

❝Había una vez un rey amante de las Bellas Artes, así que se avocó a la búsqueda del “Pintor Oficial de la Corte Real”, para ello organizó un concurso, cuyo tema era “La Paz Perfecta” en el que participaron varios artistas de renombre tanto locales como extranjeros para tal posición. Todos se dispusieron a realizar sus mejores cuadros.

 Al término del certamen, el rey pasó a examinar las pinturas y cual no sería su sorpresa cuando observó que el primer cuadro era el de una tormenta. “Absurdo. ¿En qué estaba pensando el artista, si lo que yo pedí fue un retrato de la Paz”?, se decía mientras una tonalidad rojiza le iba cubriendo la cara debido a su tremendo enojo.

La siguiente pintura apaciguó sus ánimos. “Esto es lo que yo pedí: Calma reflejada en un lago tranquilo rodeado de lindas montañas, con un brillante cielo. ¡Cuánta serenidad me otorga!”.

Sin embargo, luego de un rato de reflexión, el rey de alguna forma no lograba sentirse realmente tranquilo con aquel bucólico paisaje. Inmediatamente vino a su mente el cuadro de la tormenta; ¿acaso se le habría escapado algo o se trataba simplemente de una broma rebelde?

La escena era la siguiente: los rayos alumbraban los peñascos pelados de las montañas que se fusionaban en el oscuro y furibundo cielo. Las aguas espumosas caían en los tenebrosos arroyos a la vez que rugían dentro del río desbordado. El rey observó que su mirada seguía la línea del torrente de agua más grande desde la fuente hacia abajo. Se acercó para ver los detalles al tiempo que una gran sonrisa iluminaba su rostro.

En el centro de las agitadas aguas crecía, en una grieta de la roca, un delicado arbusto que protegía a un nido. Inalterable en medio de la violencia de su entorno descansaba un pájaro en su nido.

El rey, entonces, supo que ya tenía a su ganador.❞

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Wow, qué lindo relato sufí este que acabo de compartir contigo. Y es que muchos anhelamos la paz, pero pocos sabemos lo que realmente es. Se dice que es la ausencia de guerra, que es el fruto de una sana convivencia entre los seres humanos. Personas con mayor imaginación definen la paz como una madre acunando a su bebé dormido, un pescador en medio de un lago, un lector de poesía en el campo…

Sin embargo, y sin ánimos de ser aguafiestas, tal como la realidad lo demuestra, todas estas escenas escapan a nuestro control: los seres humanos siempre han sido y serán conflictivos, por ende, siempre existirá la guerra mientras el mundo sea mundo, el bebé va a despertar y llorará hasta la exasperación en algún momento y el lago puede tener remolinos peligrosos y una lluvia torrencial arruina el mejor día de campo… Los sabios antiguos nos explican que todo es transitorio.

Como en el cuento, la Paz consiste en permanecer calmados en nuestro centro, aun cuando haya mucho ruido a nuestro alrededor, cuando nos inunden los problemas o incluso cuando nos invada el dolor, seamos como aquél pájaro, descansando suavemente en medio de la tormenta.

La Paz perfecta nace de la ausencia del deseo, como enseña por ejemplo Sathya Sai Baba (Om Siri Sai Ram) “Las personas dicen ‘Yo deseo Paz’. Si se le quita el ‘yo’ (el ego) y su ‘deseo’ se queda con la Paz”.

Los deseos de la mente humana son inagotables, esta jamás se siente satisfecha, esto crea aprehensión, ansiedad, angustia y temor y por consiguiente pérdida de paz interior. En este campo de la vida cotidiana hacen acto de presencia los enemigos de la paz como son las vanidades y sus temores sobre lo que los demás pueden opinar de nosotros; aquellos romances ocultos, imposibles o que maltratan; las preocupaciones exageradas por el futuro; también el mal humor que aleja a las personas. Igualmente otro adversario de la paz es, por supuesto, la intolerancia a las culturas y religiones diferentes, ideologías, razas, clases sociales diferentes que envenena la coexistencia pacífica, arruina el diálogo entre pares y la negociación cuando se trata a nivel macro.

Pero estas reflexiones las tenemos los que buscamos esa paz espiritual, así que nuestra tarea es saber cómo alcanzar la tan ansiada paz interior, la forma más simple es saber que todo esto es un espejismo, es Maya (ilusión) y que no vale la pena tomarnos tan en serio. Cuesta, pero poco a poco se va internalizando y tomando consciencia de que identificarnos con el ego a la larga resulta doloroso. Los cuerpos físico, emocional y mental son altamente demandantes y van a hacer todo lo posible para satisfacer sus deseos y distraernos de nuestro propósito, así que la fórmula es apelar a lo más alto en nosotros mismos, reconocer nuestra propia voz, nuestro propio Dios (en realidad nosotros mismos), como dice un versículo de los Salmos (46:10) “Estad quietos y conoced que Yo Soy Dios”…

Así que si queremos vivir en paz, vale decir, fomentar la armonía y confianza en nuestras relaciones, actuar con calma y serenidad ante las agresiones y reconocer la dignidad de nuestros semejantes no hay remedio más sencillo que la meditación, en cualquiera de sus formas: Kriya Yoga con el enfoque en la respiración, repetir algún mantra o concentrar un pensamiento de luz en nuestras mentes.

Precisamente el Ho’Oponopono nos regala una “frase gatillo” para cuando nos encontremos en situaciones tensas: “Yo Soy Paz Profunda”.

Otra técnica que nos regala la Metafísica es la de prender los días viernes una vela oro-rubí (color naranja), concentrándonos en pensamientos de Paz, para que nos traiga tranquilidad, desarrollo de tolerancia y comunicación efectiva e invocando al Arcángel Regente de este día, Uriel.

De hecho, he practicado estas técnicas, pero me falta ser constante, todos estamos acá aprendiendo, tropezando, cayendo y levantándonos, así que esto que escribo también va para mí y voy a practicarlo más seguido.

Y finalmente, desde la Escuela de Oriente, nos llega la siguiente Meditación:

Gira tu atención hacia dentro de ti y concentra la energía de los pensamientos en el centro de tu frente. Siéntete desapegado del cuerpo y del ambiente a tu alrededor. Hazte consciente de la quietud que existe dentro de ti. Deja que las ondas de paz laven generosamente tu mente, removiendo cualquier cansancio y tensión. Concéntrate en ese sentimiento de profunda paz y dite a ti mismo, a ti misma: la Paz es mi estado natural del Ser. Observa que la mente esté muy calmada y despejada. Aprecia tu propia serenidad.

Seamos conscientes y felices, el tiempo es aquí y ahora.